Hace un mes lanzamos en nuestras redes sociales un sorteo “RKF te lleva Gocta” para los clientes que realizaban compras mayores a S/400 en nuestras tiendas y web. Tras realizar el sorteo en la plataforma random.org, la ganadora del sorteo fue Jeaninne Moore. Nos comunicamos con ella vía e-mail y no pudo creer que al fin - según entendimos - había ganado un sorteo #luckexits.
Acompáñanos en este viaje a Gocta junto a Jeaninne y su esposo.
El viaje a Gocta se realizó el 5 de noviembre del presente.
El vuelo hacia Jaen duró una hora y media, y el traslado del aeropuerto a Gocta Natura Lodge, lugar que nos iba a acoger por cuatro días, fue de cuatro horas aproximadamente. Llegamos a las 6:30 p. m. y Matías Cillóniz y Rocío Florez ya nos esperaban con los brazos abiertos.
La experiencia en el hotel empezó de la mejor manera: degustando una exquisita cena a cargo de Matías Cilloniz - chef de Mo Bistró, Cafetería de Barrio, entre otros proyectos gastronómicos.
Al día siguiente, 6 de noviembre, nos levantamos muy temprano y salimos a la excursión hacia la Fortaleza Kuelap, fortaleza preínca que fue construida por la cultura Chachapoyas, entre el siglo XI y XIV, y que suele dejar a sus visitantes boquiabiertos - según leemos en Y tu qué planes? - y vaya que nos dejó boquiabiertos. La fortaleza simplemente es un lugar espectacular. Por cierto, nuestro guía estuvo 10/10.
Regresamos al hotel aprox a las 3 p. m. y Matías, nuevamente, estaba listo para deslumbrarnos con un almuerzo espectacular.
Descansamos un poco y decidimos visitar cada rincón del logde. Una maravilla.
Para la cena, el lodge nos sorprendió con una cena de cuatro tiempos en la terraza del hotel bajo el cielo estrellado. Cabe mencionar, que no solamente nos acompañó Matías en la cena, también estuvo “La gastrónoma” - experta en cata y maridaje de vinos.
Al día siguiente, salimos muy temprano con destino a la catarata Gocta. La caminata fue de 12 kilómetros, y como el clima estuvo a nuestro favor, la pasamos increíble. En el camino volvimos a recargar esa inspiración por la naturaleza que tanto nos caracteriza.
Regresamos de la caminata, y nos alistamos para la comida más importante de estos cuatro días: un almuerzo extendido al horno de barro. Matías nos volvió a sorprender con un exquisito almuerzo acompañado de un buen maridaje de vino.
Ya en el cuarto día, 8 de noviembre, dimos una vuelta por todo el terreno del hotel para conocerlo mejor. No mentimos al decir que se sintió como una excursión ya que el hotel cuenta con un área aproximado de 300 hectáreas.
Luego, tomamos el transporte para trasladarnos al aeropuerto y tomar el vuelo hacia Lima. Nos despedimos de este RKF Experience con emociones encontradas: triste porque terminó esta experiencia pero felices porque nos llevamos el corazón contento y recargado de amor por la naturaleza.
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